TU VIDA, MI VIDA: un nuevo paradigma

Posted on 8 Marzo 2020 (8 Marzo 2020) by Redazione P.Paoletti

Enlace al articulo original en italiano: aquí

Tu vida, mi vida

Porque hoy necesitamos un nuevo paradigma

Enlace al articulo original en italiano: aqui

Hoy me gustaría compartir con ustedes la idea de alcanzar un nuevo paradigma y por qué es necesario hacerlo: vida tuya, vida mía (Tu vida, mi vida).

Para ser claros, los paradigmas son los «marcos» que, dependiendo del momento histórico, hemos adoptado como especie, como sociedad; y que condicionan nuestro comportamiento, nuestra forma de pensar, nuestra forma de ver, leer y narrar los acontecimientos.

Como escribí en un artículo que publiqué hace unos días, no me gusta mucho la idea de mindfulness porque soy más bien un defensor de la conciencia, de la sensibilización, la cual engloba todas las prácticas creadas por y para el hombre, entre las cuales está mindfulness.

De hecho, sólo en la conciencia de sí mismo (autoconciencia) tendrá nuestra especie un futuro sostenible. Porque la conciencia es evolución, es orientación, es, como a algunos les gusta decir ahora, innovación. Es decir, una innovación sostenible con la cual renovamos nuestras habilidades y talentos más íntimos y profundos.

La conciencia representa la puesta en juego de lo que es realmente importante para nosotros, y nos permite discernir, orientar, seleccionar quiénes somos y qué queremos ser en este mundo, cuya condición comprendemos y en el cual sentimos que debemos estar necesariamente involucrados.

Sin embargo, algunos dicen que el mindfulness es el opio del pueblo porque es una estructura para relajarse al servicio del nuevo capitalismo. Aunque aprecio la provocación -siempre se necesita un antagonista para entender mejor de lo que se está hablando- la visión parece un poco miope.

La conciencia, la atención, el mindfulness, o el bienestar de la mente no pueden ser opio, sino revolución; porque nos permiten, precisamente, releer comportamientos y situaciones teniendo como fin la mejora personal, que es inevitablemente mejora del conjunto.

Si soy mejor, el mundo que me rodea, del cual formo parte y en el que soy un elemento determinante, sólo puede mejorar, es una conjunción directa. No podemos pensar como esquizofrénicos, deseando lo mejor para nosotros y lo peor para los demás. Hoy –este es mi deseo y también mi compromiso social– estamos listos para: vida tuya, vida mía.

Hoy en día, el mundo parece estar habitado por una humanidad que se ha perdido a sí misma, a su orientación, y es por eso que he estado diciendo durante años que necesitamos una nueva FASE para la revolución de nuestra historia. (FASE es el acrónimo de Filosofía, Arte, Ciencia, Economía.) Lo que nos ha permitido llegar a ser lo que hoy somos como especie y tener una postura erguida ha sido por una capacidad que se ha manifestado en una nueva visión, la cual proviene de habernos hecho una pregunta: ¿por qué todo esto?

Las preguntas de nuestra vida son el amor por el conocimiento. La pregunta en sí misma es la herramienta para crear conciencia, como la columna de un puente.

Entonces, todo parte de la pregunta –un acto filosófico– que representa la búsqueda de un conocimiento superior que no tenía anteriormente. La nueva visión que la respuesta a esta pregunta suscita en mí, me pide que sea parte de e influya en lo que veo, dejando una marca: esto es el Arte. El arte es techné y me permite pasar de este nuevo conocimiento que he adquirido a su verificación sostenible: la ciencia.

Hoy en día necesitamos ciencia, no el alarmismo o la confusión, no los alegatos. Necesitamos a la ciencia y verificar lo que nos hemos pedido a nosotros mismos, lo que hemos descubierto de nosotros mismos y de los demás.

Por último, tenemos que encontrar esa actitud de vida que es -como decía Gregory Bateson- una ecología de la mente o, como me gusta decir, una economía de la mente que nos permita existir de modo sostenible. Es posible vivir como heraldos y mensajeros de la paz en un mundo violento, de modo que este mundo tome conciencia de la necesidad de la paz, entendida no como una ausencia de guerra sino como un estado interior. Solo cuando se alcanza este estado interior, éste puede manifestar plenamente su extraordinario poder sobre la vida.

FASE es el acrónimo de la revolución de todos los tiempos, y esta revolución, una vez más, debe vernos comprometidos con la superación de nuestros paradigmas pasados. En primer lugar, mors tua, vita mea: durante mucho tiempo imaginamos un mundo donde éramos guerreros, usurpadores y donde nuestra vida estaba ligada a nuestra capacidad de eliminar u oprimir al otro.

Hubo un momento, que se ha repetido muchas veces en nuestra historia, incluso al comienzo de este nuevo milenio, en el que el paradigma de mors tua, vita mea se convirtió en mors mea, mors tua, y todos los que sufrieron, quisieron hacer sufrir: «Si yo pierdo, tú también debes perder».

Obviamente, este paradigma no es sostenible pues llevaría a la extinción de nuestra especie.

En cambio, hoy debemos estar preparados para decir que tu vida es mi vida, que darte bienestar, hacerte ganar, es mi victoria. Si ambos somos conscientes de esto, el nuevo paradigma es ganar – ganar: tu vida, mi vida.

Cada uno de nosotros es parte del otro, aunque esté separado de él; así como el otro es parte de nosotros. No podemos dejar de recordarlo.

Al entrar en este nuevo paradigma un proceso revolucionario cobra vida dentro de nosotros: sentimos que nuestro destino no es simplemente sobrevivir, sino sumergirnos en una vida plena en la que desarrollemos una nueva sensibilidad dentro de nosotros. Una vida de realización donde un nuevo entusiasmo nos acompañe día y noche, incesantemente. Una vida en la que agradezcamos cada momento y en la que, a partir de esta comprensión de la gratitud, nazca una energía inagotable.

La tensión para afirmar este paradigma decreta su poder de cambio. Entre más gente participe en este proceso, más podremos afirmar «vita tua vita mea, estoy dispuesto a recibirte y a mejorarme contigo», y, en consecuencia, esta tensión revolucionaria producirá ese cambio, ese movimiento hacia.

Es precisamente este «movimiento hacia» lo que debemos buscar, es el resultado real que estamos buscando.

Enlace al articulo original en italiano: aqui